“Somos quienes más preservamos nuestro territorio”

“Somos quienes más preservamos nuestro territorio”

Humberto tiene una conexión especial con la tierra de Putumayo: la trabaja, la respeta, pero, sobre todo, la cuida. Indígena Kichwa y padre de cuatro hijos, pertenece a la guardia indígena de la comunidad Alto Naporuna en Putumayo, junto a más de veinte hombres y mujeres. “Nosotros somos quienes más conocemos y protegemos nuestro territorio”, explica.

Proyecta calma cuando se conversa con él. Trabajador dedicado, siempre está en una actividad relacionada con la tierra. Trabaja en su chagra cultivando maíz, yuca y plátano. Ha intentado cultivar arroz, pero las plagas siempre se comen el cultivo. Lo que siembra y pesca es para su sustento y lo que gana de lo que logra vender, lo usa para comprar azúcar, sal y jabón.

Para poder vender sus productos debe desplazarse en lancha hasta Puerto Asís, a dos horas y media. “Yo todos los días me despierto a las 5:00 a.m. y trabajo en mi chagra hasta las 5:00 p.m., siempre hay algo que hacer. El trabajo lo hacemos con nuestras manos, aquí no tenemos máquinas. Yo le aprendí a mis papás a trabajar la tierra, les he enseñado a mis hijos, pero dos de ellos ya decidieron irse”, comenta.

Autoridad, resistencia y autonomía, tres principios que simbolizan el bastón de mando de la guardia indígena y que Humberto carga consigo orgulloso. Cada persona que ingresa a la guardia debe hacer su propio bastón. La labor que ejercen es voluntaria y su visión  es  trabajar por la comunidad, buscando proyectos que puedan apoyarla y protegiendo las tradiciones indígenas que han pasado de generación en generación.

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Miembros de la guardia indígena del Pueblo Kichwa de la comunidad Alto Naporuna.

Con el apoyo del consorcio Alianza Amazonía, la comunidad identificó la necesidad de fortalecer los conocimientos de su guardia indígena para gestionar riesgos, conocer sobre primeros auxilios y promover comportamientos que cuiden a la población en medio de una zona afectada por el conflicto armado.

La comunidad de Alto Naporuna se encuentra inmersa en la vegetación, donde las casas de madera se construyeron sobre suelo fértil. Sin embargo, esta tierra ha experimentado afectaciones por las fumigaciones, transformándose de un terreno abundante y productivo a parcelas de cultivo menos productivas, lo que tiene un impacto directo en la salud de sus habitantes.

Ante esta situación, los habitantes se han visto obligados a buscar nuevas áreas de siembra en terrenos cercanos al río Putumayo, que junto con la pesca, constituyen la columna vertebral de su sustento.

El respeto por la naturaleza impregna profundamente la vida de esta comunidad. Antes de adentrarse en la pesca, los miembros de Alto Naporuna solicitan permiso al río, un gesto que refleja su arraigada conexión con el entorno natural y su compromiso con su preservación.

Garantizar la calidad del agua

La comunidad solo tenía los baños de la escuela los cuales estaban deteriorados. También tenían retos en el sistema de recolección de agua. “Nosotros acumulamos el agua a través del agua lluvia y con los techos es más fácil poder llenar los tanques. Teníamos una obra, pero estaba más alta que el techo, por lo que era muy difícil conseguir toda el agua”, relata Humberto.

Desde el consorcio Alianza Amazonía, se habilitaron nuevamente las baterías sanitarias de la Institución Etnoeducativa del pueblo Kichwa y de la Casa Cabildo, adecuando sus puertas, los accesorios de los baños, los sanitarios y lavamanos, garantizando un buen sistema de agua; así mismo, se entregó la instalación de un sistema de recolección, almacenamiento y filtración de agua lluvia ubicado en la casa cabildo, punto de encuentro de la comunidad. “En el aniversario de la guardia indígena, podremos hacer una reunión con los baños ya funcionando”, explica.

Gracias a los puntos de hidratación, lavamanos funcionales y servicios sanitarios instalados, hemos logrado garantizar el suministro de agua segura para el consumo y buenas prácticas de higiene que permitirán salvar vidas y reducir la propagación de enfermedades relacionadas con el agua.

“Queremos pintar de color café los muros, que todo quede como nuevo. Estamos comprometidos a cuidar las cosas”, explica Humberto. “Ahora mire esta obra tan bonita, hicimos un dibujo que nos representa como guardia. ¿Usted se imagina como va a quedar esto de bonito?”, concluye entusiasmado.

De manera complementaria a las acciones de agua, saneamiento e higiene, el consorcio Alianza Amazonía, a través de Médicos del Mundo, brindó asistencia en salud física y mental a toda la comunidad de Alto Naporuna y facilitó espacios para el intercambio de experiencias y conocimientos entre la medicina ancestral y la medicina occidental, que permitirán fortalecer los saberes y las practicas propias para el autocuidado y preservación del pueblo Kichwa.

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Humberto con su bastón de mando de la guardia indígena en la comunidad Alto Naporuna – Putumayo.
 

*El consorcio Alianza Amazonía, implementado por Acción contra el Hambre, el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) y Médicos del Mundo, con el apoyo de la Unión Europea, busca mejorar la salvaguarda y el acceso a los servicios básicos de comunidades afectadas por conflicto armado y crisis humanitarias al sur de Colombia en los departamentos del Putumayo y Amazonas. 

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