Es miércoles y la mañana está un poco fría en la ciudad de Pasto, al sur de Colombia. El equipo de Acción contra el Hambre se prepara para una jornada en la que conocerán y evaluarán los planes de negocio de participantes del programa ADN Dignidad, quienes a lo largo de 2 meses han recibido formaciones para fortalecer sus habilidades empresariales.
Después de algunos minutos ingresa al salón Wilmer. Llama la atención el instrumento de madera que trae en la mano: un charango. El charango es un instrumento de cuerda de melodías dulces, característico del sur de Colombia y la zona andina de Sudamérica.
Wilmer ha venido a convencer al comité de aprobación de que necesita un impulso económico para su emprendimiento en el cual además de fabricar charangos, también fabrica algunos tambores. Un emprendimiento que sin duda llama la atención.
Del campo a la ciudad
Hace 24 años nació Wilmer en un municipio del sur de Colombia, en el seno de una familia campesina y agricultora. La violencia, derivada del conflicto armado, le arrebató a muy corta edad a su madre, con lo cual creció solo junto a su hermana y padre. Actualmente la familia está separada, su padre se quedó en la granja, su hermana se desplazó al departamento del Putumayo y él, a la ciudad de Pasto en búsqueda de mejores oportunidades económicas.
Entró a ADN Dignidad a inicios de 2024, hace parte de las más de 65.000 colombianos en comunidades de acogida que el programa también apoya aliviando sus necesidades básicas.
En Pasto, Wilmer ha pasado por momentos difíciles: “Un día perdí mi trabajo y estaba desesperado. Le pedí a mi Dios que me diera fuerzas, porque no sabía qué dirección tomar. Me encontré con un amigo músico de la Universidad de Nariño. Él me enseñó a fabricar el charango”. Es entonces cuando este joven nariñense, comenzó su idea de negocio.
¿Cómo llenar el corazón, el alma y hacerla vibrar?
“El charango está compuesto de materiales muy finos, muy, muy finos. Tiene 10 cuerdas. Yo lo fabrico 100% a mano. Por ejemplo, hay fábricas que producen 500 o 600 charangos diarios. Tienes que mirarlo con tus propios ojos, porque es algo que te enamora, ¿no?”, responde Wilmer a la pregunta de cuál es el valor agregado de su producto, frente a la competencia.
Wilmer tiene clara su visión del negocio a 2025: satisfacer las necesidades de los músicos a nivel departamental, nacional y mundial, demostrando sus capacidades artísticas para que se contagien más niños, jóvenes y adultos mayores. “Varias personas me han dicho lo has hecho bien y qué bonito. Y eso es bueno porque llena el corazón, el alma, lo hace vibrar, es algo satisfactorio”.
Esta visión y sus capacidades empresariales han sido fortalecidos a lo largo de la ruta de emprendimiento desde marzo de 2024. “La verdad es que estoy muy agradecido. Lo que he aprendido es a ser muy organizado con mis gastos. El más mínimo detalle es para tenerlo en cuenta. También a diversificar mi emprendimiento, a ampliar mi mente, a buscar soluciones, a no quedarme ahí, a mirar más allá de las cosas”, menciona Wilmer sobre su experiencia durante las formaciones en la ruta de emprendimiento del programa.
Wilmer también tiene claro que el capital semilla de su plan de negocios será invertido en herramientas como lijadora, caladora, prensas, entre otros materiales que faciliten la producción, ya que actualmente le toma más de 4 meses fabricar un instrumento. Aunque menciona con orgullo que ha llegado a vender un charango en el país vecino: Ecuador. “La música cura el alma porque el instrumento elige a la persona. Es algo como que si la persona lo mira, tiene que comprarlo porque tiene que comprarlo”.
Desde octubre de 2022 a la fecha, ADN Dignidad con el apoyo de USAID ha apoyado a cerca de 2.600 personas a nivel nacional con capital semilla. Según los resultados del Informe de Monitoreo Post-distribución (PDM), un 83,15% reporta ganancias luego de la capitalización[1].
Es por esto que ADN Dignidad continuará apoyando a personas quienes, como Wilmer, tienen una pasión, sueños y la esperanza de tener un futuro mejor.
[1] Muestra de 540 personas encuestadas desde octubre de 2022.